Vamos a tocar temas quizá duros para ti. Este blog se basa en la siguiente premisa.
Todo lo que entra a tu cabeza, si no te instruye, te destruye.
Existirán personas, que te quieren muchísimo, que buscan lo mejor para ti. Pero su forma de protegerte dañan tu visión. Es exactamente lo mismo a cuando tienes un problema con tu pareja o una personita que te gusta y vas a preguntarle a tu amistad que le va fatal en temas románticos. Sí, esa persona te quiere. Sí, esa persona quiero lo mejor para ti. Sí, sus consejos son con las mejores intenciones. No, no es la persona que deberías escuchar.
Esta analogía toma mucha más fuerza cuando se trata de negocios y tu crecimiento como persona. Cuando se tratan de relaciones románticas quizá te permites fallar y después conocerás a alguien más. Pero si tienes la suficiente fortaleza mental e inteligencia para decir a quien escuchas o no. Esto puede marcar la diferencia entre un éxito o un fracaso. Entre un éxito acelerado o un éxito lento. Entre crecer en 1 año o haber crecido lo mismo en 1 mes.
La clave está en los siguientes dos párrafos:
Debes evitar de escuchar a muchas personas y crear un filtro muchas restricciones. No interesa que sea una persona que quieras. No interesa que sea una personas que caiga bien. No interesa si es una persona que siempre te haya aconsejado.
Interesa que sea una persona que tenga la vida que tú quieres tener. Interesa que haya recorrido lo que tú quieras recorrer. Sumado a todo eso que sea una personas que admires no solo profesionalmente, si no también a nivel personal. Que tenga los valores que tú consideras importantes.
Tú eres muy importante. Eso no te hace un “cualquiera”. Entonces no permitas que “cualquiera” meta cosas a tu mente. ¿Y tú a quién crees que deberías escuchar?